0 views
Esta germa culona del gimasio me miraba todo el rato como queriendo pinga. Le convencí de que fuera a mi cuarto, y después de una película, nos pusimos a cachar bien rico. Su poto subía y bajaba delicioso, comiéndose mi pichula bien parada. Ella no hacía gemidos porque ya estaba acostumbrada a que se la cojan por el ojete.